Empieza eligiendo los colores para la habitación, busca un color base sobre el cual trabajar y sobre él girará toda la decoración, lo puedes combinar con otros colores de la misma gama siempre buscando un equilibrio. Se recomiendan colores pasteles que transmiten tranquilidad y ayudan a que tu pequeño se relaje antes de dormir o colores fríos como el azul y el verde que estimulan la concentración y generan la sensación de frescura.
Garantiza una buena iluminación que contribuya a la estimulación visual de tu bebe y que aporte confort estético, evitando la luz directa sobre la cuna del bebe, ya que en estas primeras etapas son más sensibles y susceptibles ante las luces intensas. Utiliza lámparas y colgantes que ayuden a complementar la iluminación.
Elige una cuna cómoda y segura que se acomode al espacio disponible en la habitación, y ten en cuenta que el colchón encaje perfectamente, que cuente con alguna barandilla de seguridad especialmente si es más alta de lo normal.
Escoge los muebles idealmente que sean blancos, ya que son la solución más versátil y te ofrecen muchas opciones para combinar con diferentes interiores, colores de pintura y accesorios, además le darán un toque de sobriedad a la habitación.
Finalmente, agrega accesorios que refuercen la temática escogida como cojines, mantas, peluches, pegatinas y cortinas.
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